martes, 30 de marzo de 2010

Embarazo Ectopico

Se denomina embarazo ectópico a aquel en el cual el óvulo fecundado se implanta fuera del cuerpo uterino.
La ubicación más frecuente del embarazo ectópico es la Trompa de Falopio (98 %), sin embargo puede localizarse en el ovario, en el interior del cuello uterino o en cualquier lugar de la cavidad abdominal.
La incidencia de embarazo ectópico ovárico es de 0,5 % aproximadamente.
El ectópico cervical ocurre 1 cada 2.500 a 18.000 casos. La implantación del huevo fertilizado se produce en el canal cervical y se sospecha ante la presencia de una tumoración blanda, renitente a nivel del cuello uterino. Su complicación es la rotura con hemorragia intensa que compromete la vida de la paciente.
Otra variedad menos frecuente de embarazo ectópico es el embarazo heterotópico. Ocurre cuando coexiste la implantación intrauterina con otra extrauterina en forma simultánea. Su incidencia es de 1/30.000 nacimientos.
El desarrollo de un ectópico está favorecido por múltiples causas: historia previa de enfermedad pelviana inflamatoria, utilización de dispositivo intrauterino como medida anticonceptiva, adherencias peritoneales o cirugías previas sobre las trompas uterinas (salpingoplastias).
Existe controversias en cuanto a las técnicas de fertilización asistida e inductores de la ovulación para el tratamiento de la esterilidad e infertilidad de pareja.
Algunos autores concluyen que estas técnicas serían causantes de un aumento en la incidencia de embarazo ectópico, mientras otros opinan que ésta se debe al factor productor de la esterilidad de base en trompas uterinas y no es consecuencia directa del tratamiento.
El diagnóstico de esta patología requiere que el ginecólogo siempre tenga presente la posibilidad de un ectópico en toda mujer en edad fértil de la vida.
Los signos clásicos son: atraso menstrual, dolor pelviano y hemorragia genital.
Lo habitual es la falta de un período menstrual, por lo cual la paciente concurre a la consulta entre 6 a 8 semanas posteriores a la última menstruación.
El dolor es referido en una de las fosas ilíacas (sectores laterales de la pelvis), continuo o de tipo cólico (intermitente), que se produce por distensión o rotura de la trompa.
La presencia de dolor es habitual, pero hay pacientes que solo se presentan a la consulta con atraso menstrual y hemorragia genital escasa amarronada. Al tacto bimanual se palpa una masa parauterina dolorosa.
Existen dos formas de presentación del cuadro:
· Urgencia médica: en la cual la paciente se presenta con signos de shock, palidez, sudoración, hipotensión y taquicardia, con hemorragia genital, náuseas y vómitos. Atraso menstrual. El cuadro descripto se debe a la rotura tubaria con hemorragia intraabdominal importante. Es el embarazo ectópico complicado.
· Presentación solapada, con atraso menstrual, dolor pelviano y masa anexial palpable. Test de embarazo positivo. Embarazo ectópico no complicado.
El diagnóstico definitivo de embarazo se realiza a través de dosaje de gonadotrofinas. Existen actualmente pruebas de alta eficacia y fácil realización.
Si existe alguna patología en la cual cobra importancia la ecografía es en el ectópico. La ecografía ginecológica permite hacer el diagnóstico por medio de la visualización de una masa o tumoración anexial y presencia de líquido en el abdomen en el fondo de saco de Douglas (retrouterino), que no es más que sangre producto de la rotura uterina. Completa una tríada ecográfica la presencia de un útero vacío.
La combinación de estudios ultrasonográficos con dosaje de gonadotrofinas coriónicas (test de embarazo) resulta un excelente predictor de diagnóstico de certeza.
Un nivel de más de 6.000 mUI/ml de gonadotrofinas con un útero vacío evaluado por ecografía otorga una certeza de casi el 90% de eficacia.
El tratamiento de esta patología es fundamentalmente quirúrgico. La vía de abordaje es translaparoscópica o por laparotomía (abdomen abierto). El procedimiento quirúrgico es necesario para la obtención de un diagnóstico definitivo así como para la resolución del cuadro.
Las técnicas quirúrgicas empleadas pueden ser conservadoras, con resecciones parciales o anastomosis (uniones) de los extremos tubáricos seccionados pero en la gran mayoría de los casos el compromiso de la trompa es extenso, por ello se recurre a la salpingectomía o exéresis tubárica.
Dr. Ruben Alejandro Baglivo.
Especialista Consultor en Ginecologia y Obstetricia.
Docente de la Universidad Nacional de La Plata.

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